lunes, 10 de junio de 2013

La Historia de Octubre y Julio

Yo; Octubre. Él; Julio. Él tuvo fuego en su corazón mientras yo tuve lluvia. Fue un amor fatal desde el inicio, un amor venenoso.

Recuerdo aún las cosas que decía, pero ya no hallo su voz. En mí quedan sus gestos y sus miradas, sin embargo su rostro se ha desvanecido. A veces con fuerza me quema el roce de su piel, pero ya he olvidado su cuerpo.

No me juzgues diciendo que yo te hago mucho daño. Me recriminas a menudo que yo no sé lo que es dolor. Tú no lo sabes, pero la historia de octubre y julio casi me mata y tú aún creyendo que nunca he tenido roto el corazón. Soy mala, sí, pero no insensible.
Mi corazón fue como cuencas rebotando sobre un piso frío y duro; así de roto. Como un cristal púrpura quebrado que cae veloz sobre el cuerpo desnudo; así de roto.

Así que no me vengas con esa mueca, te advertí lo cruel que llego a ser. Ni llores tampoco, no sabes qué es llorar, jamás has tenido que tender una lágrima sobre una rosa muerta.


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