domingo, 4 de septiembre de 2016

Lo Divino, lo Sagrado y lo Profano

Nube Blanca, jefe y anciano de la tribu Sioux, era el encargado de la educación de los más jóvenes. Para darles raíces, les relataba historias de sus antepasados; para su crecimiento, los hacía mirar dentro de ellos mismos, buscando el contacto con la divinidad. Pronto, cuando sus estudiantes estuvieron listos, los llevó a ver respirar a las flores, y mientras las contemplaban, se formó un remolino de aire. El más joven lo señaló y dijo: "Miren, una manifestación de Dios". El remolino golpeó el tronco de un árbol, el estudiante cortó su madera y la talló dándole forma. La volvió sagrada.

Una mañana, mientras Nube Blanca enseñaba; llovieron flechas. Los Sioux fueron invadidos. Uno de los invasores que estaba saqueando las casas, se topó con la figura que había tallado el joven, y la hurtó. 


Muchos años más tarde, cuando la violencia ya se había disipado, la figura de madera era expuesta en un museo con una inscripción debajo: Estatuilla sagrada (Sioux). El joven estudiante, uno de los pocos sobrevivientes, era ya un viejo cuando regresó a su tierra y encontró aquel museo. Entró para recordar las enseñanzas de Nube Blanca y en su recorrido vio su anrigua figura Leyó la inscripción y dijo: "Mi figura ya perdió toda su belleza, no es ya sagrada,  la profanaron al exhibirla aquí."


Violeta Carrasco Jiménez 


El origen de la vida en la Tierra 
Thomas Sullivan