miércoles, 26 de febrero de 2014

Victor

Este es mi primer post del reto literario (click aquí para saber de qué estoy hablando)  y tuve que escribirlo inspirándome en la pieza musical de Danny Elfman "Victor´s Piano Solo" de la película The Corpse Bride. Espero haberlo logrado.

También dejo aquí el blog de Paulina, quien creo que ha escrito algo especialmente interesante (aunque no lo he leído): Belle Mot y sé que les va a gustar.


Espero que sigan disfrutando de nuestro sufrimiento. El próximo post se publicará el miércoles 5 de marzo. 


(P.D el relato debe leerse con la música de fondo.)




  



Victor




Con el tapiz desgajado de su habitación azul, se pasea desnuda, de lado a lado, entre sombra y sombra del doloroso recuerdo, con el cabello suelto hasta los pies. De entre todas las cosas eligió el cerdamen cuyo mango es de plata y su collar de perlas, para cepillar su melena salpicada de sal de mar, de maldiciones. Con la costa en la ventana y el susurrante viento despeinando las cortinas púrpuras, con las hojas de los diarios teñidas con la tinta de la letra de su amor, Victor, su gran amor; se pasea desnuda, con su penumbra bajo los rayos quemantes del sol y acaricia la muerte de las flores de junio sobre su mesa de noche, junto al vestido de novia, empapado de llanto, salino como el mar, salino como sus pesadillas.

Se retuerce en la silla, se le agrieta la piel. Cierra los ojos para regresar las mariposas,el jardín, Víctor, el beso primero, el beso último. Regresa las tardes y el amanecer en sus ojos, grises como el día en que se fue, grises como el cielo nublado que cubrió su adiós, su adiós para siempre, porque del peñasco dejose caer para ser devorado por los sueños del mar, por sus bestias y las glorias de sus misterios. Se le contraen las entrañas mientras lo piensa, desnuda se desploma en la silla, sin la intención de volver a vivir, dejando caer su cabello para  perfumar toda la habitación con hiel. Entre sus senos le escurre la tinta de la carta que él le escribió, que ha dormido sobre su piel de espuma y escurrido en su locura perenne. 

Nunca, entre todas sus cartas y hojas de diario, ni su boca ¡nunca!, se dijo algo más triste:  

"Amor (y te digo amor con un dolor en el pecho), jamás he amado así, con más pasión que la que tiene mi carne, ni con más fervor que el que soporta mi cuerpo. Pero no tengo fuerza para cargar con el monstruo que en mí vive y temo, que su respiración se agite y palpite conmigo y sus voces jamás abandonen mi oído, porque si llega el día en que mi voluntad se venza, escucharé al demonio de mi cabeza y, amor mío, mi tormento es que él te conozca, que en mí lo veas. 

Perdóname, perdona mi debilidad, perdona mi miedo, perdona mi dolor... perdóname haberte amado así, tan poco tiempo, con tantos delirios y ya no llevarte otra vez flores.

Te amo (y lo digo con más fuerza que nunca), siempre serás mi amor." 

Víctor


De entre todas las cosas ella eligió el cerdamen cuyo mango es de plata y su collar de perlas, las hojas dispersas de su diario arrancado, el vestido de novia, las cortinas púrpuras y las flores de junio, para guardarlas en el baúl y arrojarse con él desde el peñasco, para ser devorada por el mar onírico y que al fin llenara con su sal sus penas, para que al fin se hundiera en la oscuridad profunda, donde los monstruos duermen.

viernes, 21 de febrero de 2014

"Reto Literario" Contrato

He firmado un contrato que seguramente me conducirá a cinco semana tortuosas, pero pues ni qué hacerle, ya acepté. 

He aquí la copia del contrato:


Hoy jueves 13 de febrero del presente año, yo, Paulina Alejandra Ortiz Tiscareño y yo, Violeta Carrasco Jiménez presentamos nuestra conformidad y nuestro compromiso con el reto literario propuesto por la primera parte.


El reto consistirá en 5 semanas donde cada participante enviará a la otra una imagen, un video o una pieza musical; las cuales no podrán tener en su contenido palabras.


Las entregas del material se harán los jueves de cada semana y se tendrá hasta el día miércoles a las 23:59 para crear y subir una pieza literaria en los blogs correspondientes, con respecto al tema dado. De no ser así, se impondrá una penalización donde la parte que cumplió podrá poner un castigo a la otra parte.


Firmado a las 19:12 h. en la Universidad Iberoamericana Campus Puebla.



Hoy recibí el primer material, es una pieza de piano de la película "The Corpse Bride" de Tim Burton. Les dejo el blog de Paulina, para que vean el material extravagante que yo le envío y para que también disfruten de cómo sufrimos las dos: Belle Mot




martes, 18 de febrero de 2014

Lo que Soy, lo que no Soy

Este movimiento de hombros, amor, contraídos y retenidos por cuerdas, o enredaderas o cualquier otra cosa que corte y queme mi voluntad; este movimiento de hombros, como de columpio, como de sosiego, en compañía del aire inerte, que no sopla, sino besa; este movimiento, amor, se llama suspiro. 

Y como no conoces mi locura de noche, ni de medio día, te describo, como advertencia lo que soy. Como no conoces mis laberintos, mis cicatrices, ni mis afanes, te describo con nula prudencia, lo que no soy:

Soy locura, como te dije, cuando se me da la gana, 
también soy insomnio de vez en vez.
Soy un lápiz, un pincel, una guitarra
frente a espacios vacíos, o con poca piel.

Soy por las mañanas, el deseo de seguir soñando,
por las tardes el café frío, el café olvidado.

Soy el hueso de mi cadera, mi costilla, mi corazón
soy la espina de las hojas secas, 
soy la rama desierta, el cielo nublado, desolación.

Soy, cuando no me quedan más ganas, una escena triste,
casi nunca camino, a mi me gusta volar.
Soy, cuando me sobra la vida, un personaje de chiste,
no me gusta el vacío, cuando me place nadar.

Pero no seré nunca como un día de verano,
porque muy bien conozco la soledad.
No seré nunca como me vi en el pasado
porque si algo he aprendido, es a olvidar.

Y se me secarán  las guirnaldas y los cielos azules
 o cualquier otra magia que pudiera tener,
se me cerrarán los ojos y palidecerán las nubes
y la fantasía que me acostumbraba llover.

Se me podrá acabar la vieja tinta y los viejos tesoros,
pero si existe algo que siempre he de ser
será la caricia grabada en tu rostro
y los muchos collares con recuerdos de ayer.

Se me podrán ir los días y quedarán sólo escombros
pero si existe algo que nunca he de ser
será la vida en comodidad y estorbo
sin el placer andante de las lunas de miel.

Soy, contradicción y presentimiento
No soy, llama ambigua ni lúcido encuentro.

Este movimiento de labios, amor, entreabiertos, tibios, mojados, con el sabor a inocencia y a cielo nocturno; este movimiento, acompañado de deseo, de jardines y fuentes, de mi mano en tu cuello y mi ritmo cardíaco; este movimiento, amor, ¡valiente acto!, se llama querer.

Y como no conoces a mi yo pesadilla, ni a mis impulsos salvajes, ni a mi necedad, concuerdo en decirte, con terror total, con nula prudencia, como advertencia, como alegoría, que si das un paso en frente, ya no lo des atrás.


(Pintura por:
Miss Van)

miércoles, 12 de febrero de 2014

Nunca te Enamores

 No te enamores de una mujer que lee, de una mujer que siente demasiado, de una mujer que escribe... 

No te enamores de una mujer culta, maga, delirante, loca. No te enamores de una mujer que piensa, que sabe lo que sabe y además sabe volar; una mujer segura de sí misma. 

No te enamores de una mujer que se ríe o llora haciendo el amor, que sabe convertir en espíritu su carne; y mucho menos de una que ame la poesía (esas son las más peligrosas), o que se quede media hora contemplando una pintura y no sepa vivir sin la música.

No te enamores de una mujer a la que le interese la política y que sea rebelde y sienta un inmenso horror por las injusticias. Una que no le guste para nada ver televisión. Ni de una mujer que es bella sin importar las características de su cara y de su cuerpo.

No te enamores de una mujer intensa, lúcidaa, lúcida e irreverente. No quieras enamorarte de una mujer así. Porque cuando te enamoras de una mujer como esa, se quede ella contigo o no, te ame ella o no, de ella, de una mujer así, jamás se regresa..."



Martha Rivera Garrido, poeta dominicana.

Fotografía por: Violeta Risueño

miércoles, 5 de febrero de 2014

La Vez que Visité el País de las Maravillas II

Ya es momento de narrar la curiosesca segunda vez que visité el País de las Maravillas. Como había dicho anteriormente (La primera vez que visité el país de las maravillas) ocurrió el mismo día a eso de las 11:00pm cuando ya estaba sumida en mi sueño y de alguna forma (que no consigo entender, puesto que de un sueño no se ve el principio) alcanzo a recordar como inició:

Apenas hube rozado mi almohada con la mejilla, me levanté de mi cama y me dirigí al corredor. Al fondo del mismo había una puerta de madera que siempre ha estado ahí y que de ser otras circunstancias al abrirla me habría llevado a la recámara de mi hermano -donde soñé antes- sin embargo, por esta ocasión, me impresionó el notar que, al abrirla, avisté el mismo valle inmenso de la primera vez.


Yo aún conservaba mi tamaño descomunal , ¡era fácilmente tres veces más grande que los árboles! después de haber dado unos pasos en ese valle, divisé a lo lejos una peculiar casita de colores.


-¡Es ahí, es ahí!, es la misma casa, debo ir hacia allá. -Dije, señalando entusiasmada con el dedo índice, para después apresurar el paso hacia esa casita ya deshecha por mis travesuras anteriores y que aún conservaba la chimenea encendida.


Conforme me fui acercando al tropel de árboles, fui encogiéndome hasta llegar a mi tamaño natural. Después me sumergí en el oscuro y enmarañado bosque. Una vez adentro hallé senderos de colores con un letrero de madera como indicador de adónde dirigían.


No recuerdo muy bien el color del sendero que tomé ni las inscripciones en el señalamiento, lo que sí recuerdo es haberme desviado un poco del camino porque me topé con algo que atrajo mi atención: algunos árboles del bosque estaban secos y grises, desmoronándose como cenizas. Quise echarles un vistazo.


Esa región del bosque en particular parecía abandonada hace muchos años, se podía respirar el polvo y mis manos se enredaban con telarañas gigantescas por doquier. Una diminuta arañita salió de la nada. Dos diminutas arañitas. Tres... ¡Centenas de diminutas arañitas! Y esas criaturas horribles me persiguieron por ese caos de árboles disecados, la persecución comenzaba a asustarme cuando noté que llevaba algo en los bolsillos, entonces saqué de ellos un artefacto muy singular.


Este artefacto era una pequeñísima burbuja con un bichillo adentro, algo así como una mariposa. No sé muy bien que me llevó a creer que sería una buena idea arrojar estas burbujas que atiborraban mis bolsillos hacia las arañas, pero no importa, porque funcionó. Al reventarse las burbujas las mariposas devoraron ávidamente a las arañas, dándome una oportunidad de salir a zancadas de ese bosque.


Retomé mi camino como si nada, sacudiéndome un poco el vestido y arreglando mi cabello. Después de un corto lapso de tiempo, distinguí a lo lejos la entrada de un jardín.


Es bastante extraño, pero siento que estuve ahí antes, en algún otro de mis sueños extraviados, solo que en mi recuerdo la apariencia del jardín era mucho más hermosa. Entré por curiosidad, habían muchos arbustos en la entrada, de esos con los que algunos jardineros hacen figuras de animales. Había también flores de larguísimos tallos, sin embargo todas a punto de quedar marchitas. También habían personas, de piel grisácea y atuendos opacos, caminando de aquí para allá. Los miré a todos un poco extrañada... no recordaba al país de las maravillas así de triste.


En ese laberinto de jardín, tropecé con unos escalones de piedra. Al irlos subiendo divisé una placa de aspecto pesado y viejo que con letras doradas (aunque ya al borde de ser cubiertas en su totalidad por enredaderas espinosas) decían mi nombre completo y debajo, una fecha. No, lo siento, no recuerdo esa fecha.


Subí los escalones y me topé con una serie de lavaderos en cuyo interior había un cultivo de absurdas plantas. Era algo así como un invernadero. Me acerqué al primero, ¡olía terrible! era una plasta verdosa con flores de huevos podrido. Los demás cultivos tampoco eran muy agradables, tenían moho y regurgitaban, hacían flip y flap sus desfiguradas burbujas. Sin saber que hacer tomé una cantimplora rosada del suelo y las comencé a regar sin ningún fructífero resultado. Me crucé de brazos, como haciendo berrinche, hasta que una de esas personitas con traje opaco me sorpendió a mis espaldas.


-Esto es tuyo, esto es tuyo, y no tienes que preocuparte, nosotros las cuidaremos, pero ya tienes que irte, ya vienen los caballeros del rey.


-¿Quiénes? 


-¡Los caballeros del rey!


De pronto escuché el relinchar de los caballos, sus cascos a lo lejos y me asusté. Recordé (no sé cómo, ni por qué, ni sabía que se podía recordar dentro de un sueño) las figuras torpes de caballeros de armaduras plateadas con estandartes rojos (¿blancos?, o ¿blancos con rojo?) y los volví a escuchar marchando hacia mí.


- ¡Me tengo que ir, ya vienen!, pero ¿a dónde voy?


-Pues a dónde más -me dijo ese hombre burlón - vete a la casita, ¡corre!, ¡anda!, ¡ve!


Corrí, con una rapidez increíble para ser un sueño; pero no llegué a ninguna parte, porque los rayos de luz son crueles cuando pretendo seguir durmiendo y golpearon mis ojitos antes de las 10:00 am. Me revolví en los cobertores pesados, intentando mantener las imágenes en mi cabeza, para siempre; porque había sido maravilloso, tan maravilloso como lo es el País de las Maravillas.