quisiera poder escucharte
sin tener que llorar.
Mis latidos aumentan,
resucitaré
de las flores negras
teñidas de años de indiferencia;
fue una muerte lenta.
-Suéltame la mano, no me sigas más.
No, no fueron
las mil palabras de aquella vez,
fue
cuando callaste
que me rompiste el corazón.
No pensó en lo que pudiera pasar;
Ahora, después de todo, quiso volver.
Me había perdido,
no debió seguir intentando;
Intenté olvidarlo tantas veces,
¡cómo me hacía daño!
Los recuerdos sinuosos
fueron almacenándose,
imposibles de borrar
por mi pobre mano.
-Suéltame la mano, no me sigas...
no puede haber una vez más.
resucitaré
de las flores negras
teñidas de años de indiferencia;
fue una muerte lenta.
-Suéltame la mano, no me sigas más.
No, no fueron
las mil palabras de aquella vez,
fue
cuando callaste
que me rompiste el corazón.
No pensó en lo que pudiera pasar;
Ahora, después de todo, quiso volver.
Me había perdido,
no debió seguir intentando;
Intenté olvidarlo tantas veces,
¡cómo me hacía daño!
Los recuerdos sinuosos
fueron almacenándose,
imposibles de borrar
por mi pobre mano.
-Suéltame la mano, no me sigas...
no puede haber una vez más.
Ilustración de Bodgan Pryston.
No hay comentarios:
Publicar un comentario