Esta crítica a Facebook propone que el Yo de las redes sociales es fragmentario, no es un ente completo ni macizo; pero mediante la observación puede rescatarse al Yo que hay detrás de la pantalla, porque las actitudes y hábitos que tenemos en nuestra vida virtual dicen mucho de nuestra vida verdadera, y sí, son dos mundos diferentes la mayoría de las ocasiones aunque te sea difícil creerlo. En fin, en los siguientes dos puntos se abarca la 'actitud de competencia' y la 'frustración' como puntos de partida para analizar al Yo de las redes sociales.
Competencia
“Ahora
vivimos, es decir, actuamos, precisamente en desacuerdo de como pensamos y
sentimos.” (Castilla del Pino, Carlos 61) El yo está fragmentado y sus pedazos se esparcen
no en cada publicación de su perfil de Facebook, sino en las razones debajo de
cada una de estas. Uno es el yo de la vida real y otro es el yo de las redes
sociales y en el presente apartado se demuestra que tales diferencias se deben
a las motivaciones existentes en ambos mundos.
“La
vida, que es ante todo lo que podemos ser, vida posible, es también, y por lo
mismo, decidir entre posibilidades lo que en efecto vamos a ser.” (Castilla del Pino, Carlos 65) Ese es justamente el
atractivo de Facebook, él te permite decidir quién o qué quieres ser y te
regala todas las herramientas para lograrlo, espacios en blanco para irlos
llenando con tu nueva identidad, puedes inventarte que has leído 220 libros y
que tus películas favoritas son de cine independiente francés, o que en su
caso, eres un verdadero conocedor del fútbol y los deportes, o que amas los
gatos, o qué sé yo. Tu perfil se vuelve tu carta de presentación y vas dedicándole
más y más tiempo para poder impresionar a los demás. Facebook es el espacio
número uno en cuanto a cantidad de pretenciosos.
Tal
pretensión y desperdicio de tiempo en la actualización de tu perfil, (además
del interés por el chisme, claro está) se debe a la enorme competencia que
existe en ese medio, en la cual el objeto que se desea alcanzar es la atención. Así de simple e intangible es
el sueño de todos. La atención se manifiesta como likes en las fotos de perfil o de la fiesta del viernes, en
comentarios en el muro y las publicaciones, en el incesante tintineo durante el
día que te condiciona; estímulo: ese sonidito molesto, respuesta: emoción,
tengo una notificación nueva.
Todos
anhelamos ser vistos, reconocidos; de nada importa lo que hagas en la vida real,
si no lo compartes en las redes sociales es como si nunca hubiera pasado; es el
nuevo “ser es ser percibido” de Berkeley, puesto que “ser, es ser compartido en
tu perfil” ah, y debe tener likes,
porque de forma contraria, no tiene caso la vida.
Y esta
competencia es tan grande y exige tanto porque muchos de los usuarios que usan
Facebook, desean lo mismo, la atención no es algo valioso para uno solo. Por
supuesto que adquirir el objeto deseado es una buena inversión, tanto directa
como indirecta porque es posible intercambiarla por bastantes cosas: dinero,
fama, reputación, reconocimiento, autoestima, status (falso status).
“La
posesión de un objeto valioso para la comunidad, me depara la elevación de
status, mientras que la inobtención de ese logro deja al otro o en el mismo o
en el inferior incluso.” (Castilla del Pino, Carlos 43)Lo cual significa que este
mecanismo de poseedor y no poseedor, generará por ende, un frustrado. “A partir
de ese momento el poseedor se moverá de acuerdo a sus necesidades ya
satisfechas y la aspiración de otras por satisfacer, mientras que el frustrado
queda todavía en un estado retrogradado respecto de aquél." (Castilla del Pino, Carlos 42)
Por lo
tanto, se puede rescatar al otro desde su actitud como competidor. En Facebook
es perene el concurso de qué vida es la más entretenida entre tantas y para
reconocer a un competidor empedernido sólo hace falta prestar atención a la
cantidad de tiempo y material (especialmente fotográfico) que le destina al
día.
Frustración
“La frustración es adolecer un fracaso. “(Castilla del Pino, Carlos 69)Se fracasa cuando no se obtienen los elementos mencionados en el punto anterior, por ende, se frustra. Por el otro lado, el poseedor se halla en una nueva posición de éxito. “Un éxito puede tener tales ingredientes gratificadores para la persona que la enajene aún más y le ofrezca múltiples posibilidades de eludir la conciencia de su propia situación.” (Castilla del Pino, Carlos 69)El mundo virtual del poseedor ha sobrepasado su mundo real, esto es más evidente en redes sociales como Instagram, vine o twitter; sin embargo, el resultado es el mismo, una enajenación, alienación producida por la frustración existente en sus verdaderas vidas. Los exitosos también son frustrados y evaden su frustración, no con alcohol ni con estupefacientes; con Facebook, la nueva droga.
“La
frustración es resultado de la alienación” (Castilla del Pino, Carlos 34)Se vuelve en un
inevitable e irrompible círculo vicioso: estoy frustrado por el fracaso que
vivo en mi realidad, busco el reconocimiento en una red social, obtengo éxito,
me alieno, me torno conformista con mi vida puesto que me consuelan mis éxitos
ficticios de lenguaje binario. O, en su caso,…busco el reconocimiento en una
red social, no lo obtengo, me frustro al no ser poseedor de atención, me torno
neurótico, me alieno. Porque, a fin de cuentas, “Es el significado de la
realidad, más que la realidad misma, lo que importa para el hombre como
persona.” (Castilla del Pino, Carlos 43) Y Facebook es
puramente simbólico, nos movemos dentro como mercancía, pero el espacio en sí
funciona como un remplazo a la toxicomanía y al suicidio. Las redes sociales
pueden fungir como un lugar de escape ante la frustración y como raíz de la
frustración misma.
Hablemos
en esta ocasión del ganador, el que ha obtenido toda la atención que anhelaba.
“Tras este éxito hay una falsificación de la propia vida y la suplantación de
ella por una vida prestada, una vida que no es la que consideramos nuestra.” (Castilla del Pino, Carlos 70) E incluso tras dicha
suplantación, a veces “El éxito adquirido no es suficiente, porque no es el proyecto
propio.”(Castilla del Pino, Carlos 70) ¿Tu perfil es una
proyección de quién eres, una exageración de ti mismo o es lo que la comunidad facebookera te ha solicitado que seas?
Las redes sociales provocan frustración porque el personaje que estás
interpretando es inalcanzable en la realidad cotidiana, es un espejismo
virtual; el grave error radica en que para que un proyecto no frustre, este
siempre debe ser realizable. Aquellas galerías de imágenes y estados dotados
del grado exacto de actitud y humor, no son otra cosa que una selección
arbitrada de la realidad de la persona, todavía adornada con filtros y con
poses falsa ante la presencia de cualquier inminente flash.
Cada
exuberancia y álbum nuevo que atisbes, puede ser una proyección del nivel de
frustración y fracaso de la persona en cuestión. Reitero, depende del tiempo y
atención que se le dedique. La ecuación es simple, las horas destinadas a la
actualización de tu perfil de Facebook son directamente proporcionales a tu
nivel de frustración en tu vida real.
Referencias:
Castilla del Pino, Carlos. Dialéctica de la persona
dialéctica de la situación. Quinta edición. Barcelona: Península, 1978.
Print.
---. La Incomunicación.
Octava edición. Barcelona: Península, 1977. Print.
1 comentario:
Que buen articulo...!
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