jueves, 30 de abril de 2015

Julieta

El suicidio es azul, decía, mientras se tumbaba sobre la hojarasca.

Julieta recogió un puño de flores del jardín de un desconocido y las situó en un balde; estaban secas. Decoró con ellas su mesa de noche y se dispuso a cambiar sus sábanas. Encima de su cabecera, más cosas robadas: pinturas, señalamientos de tránsito, ropa de bazar.

Se desnudó tranquilamente con la ventana abierta, era un delicioso día nublado y su cuarto emanaba un aura azul. El sol se asomaba de vez en vez entre las nubes iluminando su corto cabello rubio y sus pezones rosados.

Se echó en sus sábanas limpias junto a su balde de flores y se empeñó en quemarles los pétalos con un cerillo hasta que le punzaron los dedos. Ahogó lo que quedaba de sus flores en la tina de una en una y quiso ahogarse a ella misma también. Julieta se soltó el cabello y sumergió nariz y boca en esa tina. Contó: uno, dos, tres... diez, doce, quince... hasta que se le fue el aburrimiento.

Julieta es una de esas suicidas que quieren matarse cuando a la mitad del día ya no tienen nada más que hacer.

(Picasso)

1 comentario:

Unknown dijo...

jaja de verdad no se que me pasa con tus lecturas que me parecen tan fascinantes, eres una muy buena escritora y me pone de buen humor leer tus publicaciones, muchas gracias por tomarte de el tiempo de escribirlas y compartidas .
De modo que mi perspectiva e la ociosidad ha cambiado de una manera significativa :3 :) <3