Angelus:
-Noche oscura como tus ojos.
Luna:
-Solitaria como mi alma y fría como mi corazón.
Angelus:
-Misteriosa como tus pensamientos y letal como tu sonrisa.
Luna:
-¿Quién comprende mejor mi dolor? La luna se vuelve cómplice de mi pesar, al acariciar sutilmente mi rostro con su tenue luz mientras que la lluvia cae suavemente, su sonido acaparando mis sentidos y llevándome a un profundo sueño, y yo, dejándome llevar, pensando ingenuamente que en realidad me va a ayudar.
Angelus:
-¿Es acaso esto lo que estaba esperando? ¿Debo de dejar que el mundo de los sueños me atrape? ¿Debo de escapar de esta realidad? ¿Debo de dejar todo atrás? Puedo hacer todas estas preguntas esta noche sin encontrar respuesta. Ese sonido que me atrapa en una noche como esta solo me hace recordar momentos que nunca mas pasarán.
Luna:
-Aquellos recuerdos han quedado atrás hace mucho, más evocan en mi sentimientos tan fuertes que pareciera como si todo hubiese sucedido ayer, ¿qué es lo que espero? ¿Volver a ver tu rostro y escuchar tu voz pronunciar mi nombre? Mi corazón anhela sentirte cerca de mí, poder acariciar tu rostro con mis dedos y sentir tu calor y saber que estás junto a mí. Más la noche sabe que eso jamás podrá suceder.
Angelus:
-Solo es en mis pensamientos donde te puedo ver, donde una vez más puedo estar junto a ti, pero por alguna razón esta noche tu olor perfuma mi habitación. Te siento, te tengo, te deseo. Siento tus labios en los míos y la sensación de tus pechos en mis manos. Fue en una noche como esta que te perdí y fueron las estrellas testigos de la tragedia y fue la luna mi acompañante en mi tristeza.
Luna:
-¿Porqué me aferro a tu recuerdo? Soy incapaz de dejarte ir, y al mismo tiempo incapaz de acercarme a ti. Tenerte en mis pensamientos y recordar los momentos que pasamos juntos sólo me lastima cada vez más y más. Todas las noches pienso en ti y me pregunto si tu ¿piensas en mi?
Angelus:
-Las preguntas que cada noche te haces me lastiman. Estamos lejos pero cerca. Yo vivo en tus recuerdos y tu en los míos. Cada noche me acuerdo de ti, pienso en ti. En tu sonrisa, en tus ojos, en tu cabello, en tu cuerpo que me hipnotizaba cada vez que lo veía. Es en las noches como esta que te siento junto a mí aunque yo ya no este junto a ti. Vivo en tus recuerdos pero muero cuando lloras, vivo en tu sonrisa pero muero en tu tristeza. Me adelanté en este camino pero te sigo observando, sufriendo por no poder sentirte. La luna y las estrellas son mis ojos, la lluvia mis lágrimas.
Luna:
-Cada noche suspiro pensando en ti, sé que por más que anhelo estar a tu lado lo nuestro jamás volverá a ser, si tan sólo pudiera estar lejos de ti… guardar por siempre tu recuerdo en el fondo de mi corazón y jamás volverlo a tocar.
Angelus:
-Son estos los recuerdos que nos lastiman, que nos matan, quieres dejar de pensar en mí, como yo dejar de pensar en ti. Tu recuerdo lastima más mi alma, marchitándola como una flor volviéndola incapaz de sentir, de amar. Sin embargo me aferro súbitamente a mis últimos recuerdos que pasé junto a ti para vivir aunque me lastime, aunque me duela. La noche es testigo de las lágrimas que he soltado por ti. Deseo poder tenerte entre mis brazos una última vez aunque signifique mí muerte.
Luna:
-Si tan sólo pudiera pedir un deseo, sería estar a tu lado, dejar que nuestras miradas cruzaran, y poder decirte todo lo que siento por ti… ¿porqué vivimos aferrados a nuestros recuerdos?
Angelus:
-Por que son nuestros recuerdos los que hacen que podamos tener una leve esperanza para seguir nuestros caminos, pero también son los recuerdos los que hacen que deseemos estar juntos una vez mas. Para vernos, para abrazarnos para besarnos. No podemos evitar esa sensación de desesperación, de tristeza. Son mis recuerdos contigo los que me mantienen vivo y cuerdo pero me duele estarlo, pero aún así me aferro a estar contigo
Luna:
-Me duele pensar en lo que no es, me lastima estar lejos de ti… después de todo este tiempo aún las lágrimas y el dolor no me dejan en paz.
Angelus:
-Tanto tiempo ha pasado que no recuerdo el motivo de nuestro alejamiento. Sólo recuerdo que desde el primer día no he podido dormir por pensar en ti. Pero desearía poder probar tus labios una última vez para estar en paz, para nunca mas sumergirme en lo que fue, en lo que fuimos… Y en lo que no volverá a hacer.
Luna:
-La luna y las estrellas velan, velan por nosotros, saben que lo único que queda es abrazar la oscuridad de la noche para dejar de sentir.
Angelus:
-Es la noche nuestra fiel compañera, nuestra amiga. Es quien nos cobija y en su manera nos da calor. Ella es testigo de nuestro mutuo sufrimiento, de las lágrimas que has derramado por mí y de los gritos que he soltado por ti. Sólo me queda despedirme y desearte felicidad para el día de mañana. Pero cuando la noche llegue una vez más, sé que me volveré a sumergir en tus recuerdos, en tus brazos en tus labios.
Luna:
-Pensando en lo que pudo ser más no es
Angelus:
-Pensando en lo que fue y en lo que fuimos y no volverá a hacer.
Te deseo… una buena noche.