Tres veces ese mes, Edén, en vez de ser clemente, tener desdén. Tres veces ese pez, que Edén, en vez de merecer, tener; en vez de querer, perder. El pez bebé de Edén beber; perecer en el Belén.
Antes Brucilda creía disparates, empeñándose ferozmente, guiándose hacia increíbles juramentos kantianos. Luego, menos necia, optó por quedarse riendo sobre todo, ufana, vanidosa, wagneriana. Xilofoneando, yació zafada.